Foto por: Jorge Planas

26/7/13


El Desconocido e Inolvidable Encanto de Ephesus y Kusadasi (I)


Recuerdo muy claramente cuanta ilusión me causaba cada vez que sabía que estaba a punto de llegar a Kusadasi en Turquía. Estar allí para mi era sinónimo de días soleados, comida deliciosa, olores y sabores únicos que con mucho agrado se paseaban por mis sentido  así cómo un mar de tonalidades claras al que siempre apetecía ir a nadar un poco.

 Reconozco que antes de pisar por primera vez el país poco o nada conocía sobre el mismo, ni sobre su cultura; ahora que trato de recordar exactamente que sabía, creo que vagamente encontraba su ubicación sobre el Mediterráneo y eso era todo.
Ahora mismo se un  poquito más sobre este país y su cultura y no podría estar más satisfecho al respecto.

La primera imagen que tengo del país es un claro mar azul, un muy agradable sol que se posaba sobre toda la costa, un grupo de locales haciendo una danza típica para darnos la bienvenida, otros locales ofreciendo un servicio de "bici-taxi" por poco más de 2 dolares en un tramo 150 metros hasta  la entrada al terminal marítimo que recibe a sus visitantes con un  "Welcome to Turkey"




Un hábito que solía tener en algunos casos (o un mal hábito que aún tengo? ) es entrar a un lugar a comer o tomar algo, añadiendo como criterío de selección a que el lugar tenga conexión wifi gratiuta. Buscaba aquel entonces en ese momento un sitio donde pudiera comer y desde el cual pudiera conectarme a internet y luego de entrar al MC Donlads de la ciudad y enterarme que no tenían Wifi, decidí volver a aquella cuadrada que había pasado unos metros atrás y preguntar cuales de los restaurantes locales tenían lo que necesitaban. 

Entonces me decidí entrar al Cafe Center  (ubicado a unos 400 metros de la salida del puerto marítimo) y desde entonces siempre que me encontraba en Kusadasi fui a comer al mismo lugar sin falta alguna. Para Meli (de quién hablaré en un futura entrada) y para mi,  ir a  este restaurante era casi que un deber cuando nos encontrabamos por la ciudad y son muchas las razones por las ir allí siempre era un plan. Por un lado la cómida local y sus especias son absolutamente deliciosas (si bien la foto no hace justicia a la comida local como se puede observar, sugiero a todo aquel que se pase por allì que pase de hamburguesas, papas fritas etc y definitivamente le de una oportunidad a los sabores locales que sin lugar a dudas superan la comida rápida) , una especie de pan que se come junto con la salsa roja de la foto es una de las entradas más ricas que alguna vez he probado.  Por otro lado, la atención del dueño y sus meseros es excelente , sin lugar a dudas una de las mejores por no decir que la mejor de los bares, restaurantes o cafés en los que he estado; ellos se preocupan desde el momento en que se entra por la comodidad de sus clientes, son muy atentos y se preocupan por todo lo que necesites ( a mi hasta me consiguieron un convertidor de corriente americana a europea ). Cómo si fuera poco lo rica que es su comida y la buena atención a sus clientes, debo decir que sus precios son muy buenos y una muy buena comida juntos con una Efes (cerveza local) puede rondar los 5 o 6 Euros. Y es que una comida similar puede resultar en otro país de la región entre 10-12 Euros.



Recuerdo que nunca había tenido contacto directo con la cultura musulmana, ni mucho menos había estado en un país practicante. Sobre el mediodía de un día cualquiera, me encontraba caminando por las calles la ciudad y de repente paso justo al lado de una mezquita desde donde unos sonidos muy particulares se comienzan a emitir y cuando doy la vuelta sobre la misma veo mucha gente congregada y arrodillada orando, por un momento me sentí un poco confundido, no sabía que hacer, no sabía si debía seguir y no mirar o si debía tomar una pausa y observar aquel momento que tanta interés me había despertado. Al final decidí seguir mi camino, pero a paso lento, mirando desde el respeto, algunos me miraban con mi vestimenta y cámara de turista, pero poco o nada pareció incomodarles mi presencia. Entonces entendí que esos miedos que difunden por ahí sobre pertenecer o no a una religión y ser atacado por ello es algo claramente que no se debe generalizar e intuí que en general muchas personas son pacíficas y respetuosas de aquellos que tienes una visión religiosa diferente. Decidí no tomar más que una fotografía de la fachada de la parte trasera de la mezquita por respeto a ellos, entonces aquel momento se quedaría fotografiado en mi memoria.   

Luego de estar unas horas en la ciudad llegué a la conclusión que claramente lo mejor es pagar en moneda local siempre, es decir en Liras. Si bien Kusadasi es un lugar acostumbrado al turismo y por lo tanto siempre existe la opción de pagar en Euros o en Dólares; pagar en Liras supondrá un ahorro sobre los pagos en otras monedas. Nunca he sido fanático de las compras de los lugares turísticos, salvo por un imán o unas postales, así que no pude tomar provecho de ese lado de Kusadasi, sin embargo aquell@s que les guste, en la ciudad se mezclan tiendas elegantes, sofisticadas y de grande marcas junto con el mercado de artìculos más simples, baratos y copias claras de muchas de esas marcas. No obstante recuerdo que dos cosas destacan, por un lado joyería muy fina y por el otro las tiendas de tapetes con claros diseños que hacen referencia a la cultura y la región. Es muy común ver a la entrada de las tiendas ver como se hacen a mano estos tapetes que según escuché son de excelente calidad y se encuentran a muy buen precio.



También me di cuenta que los locales son muy insistentes en cuanto a venta de artículo se refieren y el contacto visual con ellos ya es una razón para que ellos se acerquen o saluden con mucha cercanía intentado vender artículo como relojes, camisetas, chaquetas,joyas, recuerdos etc.  Si bien pueden resultar un muy insistentes y algunas veces puede resultar un poco incómodo, en realidad nunca van más allá de lo debido y saben cuando detenerse (después de mucho insistir). Por eso, lo mejor, si se trata de seguir y caminar tranquilamente por la ciudad es evitar el contacto visual, salvo que realmente se esté interesado en comprar algo.

Como dije al comienzo, una de la cosas que más ilusión me hacía de estar allí es el mar de la ciudad. Una vez un grupo de 5 queríamos visitar una de las playas más conocidas "Womens Beach" o playa de la mujeres, que a pesar de su nombre, no significa que sea exclusivo de las mujeres, simplemente es el nombre de la misma.



Para llegar allí se puede hacer en taxi o bien por un pequeño autobús público cuyo precio por trayecto no es mayor a 1,5 Euros según la habilidad para negociar con el conductor. El trayecto desde el terminar portuario tarda alrededor de 10-15 minutos. Una vez en la playa se puede disfrutar del color y la temperatura del mar, la arena es suficiente para poner una toalla y sentarse a conversar un rato o irse a nadar por el mar. Particularmente, me encantaba hacer esto último ya que nadar por las tranquilas y cálidas agua del esta parte del Mediterráneo me resultaba muy relajante. 

Caminando por esta playa me encontré con este perro callejero descansando tan plácidamente que encontré irresistible no tomarle una foto, sin duda, unos perros playeros si que saben pasársela muy bien. Allí mismo se encuentran unos cafés y restaurantes alrededor de la playa con una vista privilegiada propia de estos lugares.

Al finalizar el día siempre llegaba uno de esos regalos que esperaba con muchas ansias y para no extenderme, que mejor que una imagen.



En la segunda parte de esta entrada hablaré de este lugar.... Ephesus




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